A propósito del día mundial de la osteoporosis (20 de octubre) les compartimos unas recomendaciones para prevenir la osteoporosis en personas quienes viven con epilepsia:
La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) define la osteoporosis como una “enfermedad del sistema musculoesquelético y del tejido conectivo”. Sin embargo, también tiene un importante componente metabólico. Los pilares de la osteoporosis incluyen la disminución de la densidad ósea, el deterioro de la microarquitectura ósea, el aumento de la fragilidad de los huesos y, en consecuencia, un mayor riesgo de fracturas. Estos factores resultan de un desequilibrio en el metabolismo del hueso, donde la resorción (desgaste óseo) supera la formación de nuevo tejido óseo.
La osteoporosis puede ser causada por diversos factores como la edad, la genética, la falta de ejercicio, una mala nutrición o el uso de ciertos medicamentos. En este contexto, se ha documentado que el uso crónico de fármacos anticrisis está relacionado con la osteoporosis, ya que estos medicamentos pueden inhibir la formación de osteoblastos (células formadoras de hueso) y reducir los niveles de vitamina D, lo que contribuye a una menor densidad ósea.
Los principales factores de riesgo de fracturas en personas con epilepsia incluyen: caídas durante las crisis, edad mayor a 40 años, uso prolongado de fármacos anticrisis (más de 2 años), dosis altas de estos medicamentos y/o inicio de su uso antes de los 18 años. La literatura indica que estas personas tienen un riesgo cinco veces mayor de fracturas de cadera y seis veces mayor de fracturas vertebrales en comparación con la población general.
Dado que las personas con epilepsia suelen realizar menos actividad física, se recomienda una rutina de ejercicios moderados, de 45 a 50 minutos al día, al menos tres días por semana, siempre bajo supervisión médica. Sin embargo, quienes hayan cambiado recientemente su medicación o tengan dificultad para controlar sus crisis deben evitar deportes de alto riesgo como paracaidismo, natación o motociclismo.
Otra recomendación clave es garantizar un adecuado consumo de vitamina D, fundamental para la absorción de calcio, que fortalece los huesos, mejora la función muscular y reduce el riesgo de fracturas. Esta vitamina se encuentra en alimentos como sardinas, salmón, atún y huevos. Además, el cuerpo puede producir vitamina D al exponerse al sol. Por lo tanto, se aconseja a las personas con epilepsia tomar baños de sol durante 10 a 20 minutos, preferiblemente al atardecer y usando protector solar.
Fuentes bibliográficas:
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