Yo sabía que tenía epilepsia y eso no se iba a quitar.
Yo sabía que quería ser mamá y tampoco se iban a quitar esas ganas, tremendo problema.
Ser una persona con epilepsia en que se controla con medicamento es como estar en el limbo, eres funcional y no parece que tengas algo en absoluto, entonces es como si fueras “otra persona más”, pero tu vas conociendo tu cuerpo y tu mente, y sabes que no estás al cien como tantas personas pueden creer.
Ya quieres tener un hijo y te cambian el medicamento para que no le pase nada a tu pequeño por lo que tomas, el embarazo en sí es un riesgo, pero con todo planeado y más consultas de seguimiento, logré ser mamá. No entraré en el detalle de la batalla de los desvelos y las convulsiones que de pronto me dieron justo en la cuarentena porque esta ocasión no es para esto el escrito.
Esta ocasión me enfocaré en mi forma particular de ser… los cambios de humores, de los cuales muchos doctores indican que el causante puede ser el medicamento anticonvulsivo, los momentos en que no la paso tan bien, esas euforias que llegan de la nada y esa sensación de vacío que pasa más tiempo del que quisiera en mi vida…esos lapsos que sé que tengo y que en ocasiones ni yo lo puedo controlar.
Escribo un poco para todas las mamás que andan por ahí, escribo lo que tal vez en ocasiones les quisiéramos decir a nuestros hijos y a la sociedad:
No sé, si sea yo, la mejor opción de ser tu mamá, no sé si estos momentos difíciles te marquen de por vida, no sé si esta forma tan peculiar mía te haga ir más allá de lo esperado y resulte ser la fórmula perfecta de exigencia, no sé tantas cosas que muero por respuestas, pero, sé que te amo, y que no dejo todo esto al azar, no espero a que la vida me haga conclusiones, estoy en continua mejora como toda madre, solo que yo siendo consciente de que algo en ocasiones no está del todo bien conmigo y mi cerebro y que en otras ocasiones tal vez te debo más paciencia de la que siquiera yo he ahorrado.
Ser mamá es un reto desde el día cero, ser una mamá epiléptica que te dicen que con estrés todo empeora, no es la mejor de las ideas pero eso no quiere decir que no podamos hacerlo es un reto aún más grande, es un ir día a día por la vida juntos.
No romantizo ni victimizo nuestro estado pero quiero dar visibilidad a todas las mujeres con epilepsia que fuimos en busca de la maternidad… aquellas mamás que estamos en el limbo de estar enferma y ser una persona completamente funcional.
Abracemos todas nosotras nuestra enfermedad, entendamos nuestro cuerpo, nuestra mente, aprendamos a decir que por hoy ya fue suficiente lucha, que mañana nos levantaremos con más energía y mantengamos nuestro corazón en alto, por nosotras y por nuestro hijo, quien también al estar a nuestro lado, es nuestro guerrero personal librando una lucha que ni a él le tocaba llevar.
Felicidades a todas nosotras, madres con epilepsia, digámoslo y escribámoslo sin estigmas y sin dudarlo, y demos visibilidad de lo que somos capaces de hacer por amor.
Hilda Herqui
