Les comparto un extracto del artículo publicado en el Semanario Católico Camino (República Dominicana) el 24 de Julio de 2012
Debo excusarme con cualquier lector que no profese ninguna creencia religiosa en particular, porque el artículo evidencia mi fe y quizás pueda ser un poco molesto.
¡Gracias por permitirme compartir con ustedes!
Soy epiléptico desde los 13 años, que fue la primera vez que me desmayé y gracias al auxilio de una de mis hermanas y a mi padre, pude despertar sin problemas en la Sala de Emergencia de una clínica de mi ciudad. Desde ese tiempo (1993) hasta la fecha he tratado de llevar mi vida sobre tres pilares esenciales para mantenerme controlado: tomarme mis medicamentos, dormir bien y cero alcohol.
Gracias a la FE de mis padres y a la información que fueron buscando a través de médicos, amigos y relacionados, pude tener una vida sin limitaciones. Pude estudiar en el colegio y luego en la universidad, estudiar inglés, participar de campamentos de verano, ir a la playa, el río, etc. Me sorprende como una pareja de “campesinos semi-analfabetos” como se describen mi padres, hayan podido tener la capacidad de aceptar mi condición y saber tratarme de manera normal, sin privilegios y sin beneficios diferentes a los demás. Creo que eso sólo se consigue a través de la oración constante y la plena confianza en nuestro Dios.
Cinco años más tarde del primer evento, vuelvo a tener una crisis (en mi caso ha sido sólo desmayos). En esta ocasión, la doctora que me atendía quiso probar retirándome el tratamiento pero obviamente ¡NO funcionó!
Pero en el año 2006 recaigo con la peor crisis que he tenido en mi vida, en esta ocasión gracias al excesivo stress de trabajo al que me había sometido. Tuve cientos de crisis de ausencia, mareos, me desmayé una vez, etc. Cambié de médico, me hicieron varios estudios, llegué a tomar más de 10 pastillas al día y mi condición de salud no parecía mejorar. En ese tiempo la depresión me arropaba: tuve que dejar de manejar, me ausenté muchas horas del trabajo, dejé las clases que impartía en las noches en la universidad, entre otras cosas.
Llegué a decirle a mi Dios en oración, que si era así que iba a ser mi vida, que si yo iba a ser una carga para mi familia, que por favor me llevara con ÉL. Pero Dios tiene planes perfectos: mi esposa fue la única persona que estaba seriamente convencida de que yo me iba a sanar, que todo esto sería pasajero. Recuerdo que el doctor le había dicho a ella que mi estado de ánimo podía variar y que posiblemente me alteraría con facilidad. Yo me enojaba cuando ella me daba ánimos porque sentía que me tenía pena o que se burlaba de mí.
En 2007 estaba controlado y todo había vuelto a la normalidad. He vivido con mucha salud desde entonces. He aprendido a planificar mejor mi vida y mi trabajo de manera que puede controlar los niveles de stress y agradezco a Dios todopoderoso por todas las personas que en todo lo largo de mi vida me han apoyado, han orado y han colaborado para que pueda seguir adelante.
Mi intención de compartir este testimonio de vida por este medio, es porque desde que rebasé esa crisis tan fuerte, me he prometido a mí mismo que debo ayudar a otros que sufren de la misma enfermedad o de cualquier otra condición a vivir sus vidas de manera normal; me he propuesto que con la gracia de Dios vamos a eliminar o reducir los tabúes que envuelven esta enfermedad.
¡Dios les siga bendiciendo!
Manuel Rosario
«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». Fil 4, 13
«I can do all things in Christ who strengthens me«
Manuel Dios te bendice …me gozo al leer tu carta. Mi hija comenzo con epilepsia hace un año estaba controlada pero recayo en agosto y nuevamente en noviembre. Mi Fe es grande y la de ella más … tienes razón necesitamos de Dios para soportar esto .. como madre ha sido muy dificil despues de cada crisis entro en depresion y en profundo temor. Ora por mi hija se llama Karen hernandez que Dios nos ayude a encontrar el medico q nos de el tratamiento adecuado para controlar a mi hija. Dios te bendice !!
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Paloma: Dios mediante, encontrarán el médico y el tratamiento adecuado. Cuenta con mis oraciones!
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Dios bendiga tu vida, tu testimonio me alienta.
Yo soy epiléptica y mi humor varía.
Saldremos adelante.
Bendiciones.
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Es dificil mantener la FE, pero no es imposible!
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