Todo empezó un 16 de julio 2016 cuando atravesamos una mala racha económicamente y por apoyar a mi esposo con los gastos tuve que dejar a mis hijos un tiempo con sus abuelos; eso fue algo doloroso tanto para ellos como para mí, nunca nos habíamos separado, casi todos los días les hablaba para saber cómo estaban, y mis papás para no preocuparme me decían que estaban bien.

El 13 de Agosto que fui por ellos, mis papás me dijeron que el niño hacía cosas raras y para que se quedaran tranquilos lo llevamos al pedíatra y ahí fue cuando empezó todo; el doctor nos dijo que a mi hijo le daban convulsiones, le mando a hacer un electroencefalograma y me pidió que en cuanto tuviera los resultados le hablara por teléfono, para esto mis papas viven en el Estado de Puebla y nosotros radicamos en el Estado de México.

Le hicimos el estudio y el sábado 20 nos entregaron los resultados, le hablé al doctor y le leí lo que decía, él me contestó  «yo ya no puedo hacer nada por tu hijo llévatelo de urgencias al hospital Federico Gómez» cuando nos dijo eso todo se me derrumbó, de inmediato. Me lo lleve al hospital ahí me lo detuvieron por una semana porque no encontraban la razón de las convulsiones, le hicieron estudios de todo y nada, nos transfirieron al hospital Juárez de México, ahí también le hicieron estudios y venía lo peor a mi hijo, le habían encontrado  un glioma parietal del lado izquierdo el neurocirujano habló con nosotros, nos dijo que había una fecha para el 8 de noviembre para hacerle la operación pero necesitaba que rentáramos un equipo que el hospital no contaba con él o que nos esperáramos a hacerle una biopsia y ver si el hospital lo cubría; para esto tendríamos que esperar mucho tiempo y a mi hijo cada vez más le daban las convulsiones a veces hasta 4 o 5 al día y eso me partía el corazón.

Me sentía impotente de no poder ayudar a mi pequeño, así que no lo pensamos dos veces le dijimos al doctor que lo operara para esa fecha. Y nosotros veremos cómo le hacemos para rentar el equipo, para esto donde yo estaba trabajando pedí un préstamo para poder dar el apartado del equipo. Era mucho dinero pero mi jefe me dijo que sí, que no me preocupara que él me haría el préstamo, fui por el dinero y de verdad dios es tan grande y maravilloso. Mi jefe me dijo «Rosy ten la mitad para el equipo y no es un préstamo nosotros te apoyamos con esto» de verdad estoy muy agradecida con esas personas y con mi familia que siempre han estado ahí, a mi lado.

Llegó el día de la cirugía mi hijo entró alas 8:00 AM al quirófano el neurocirujano salió a las 11:28 AM y nos llamó, nos dijo que el tumor estaba más adentro de lo que esperaba así que los riesgos aumentaban a tal grado de que mi hijo podría despertar y no reconocernos, pero que nosotros decidíamos si lo dejaba ahí o nos arriesgábamos sin dudarlo yo dije «quíteselo» de igual forma si se queda ahí le va a seguir afectándole.

Fue muy doloroso tomar esa decisión pero dije «madre mía de Juquila te pongo en tus manos a mi hijo y  las manos del neurocirujano» y a las 5 de la tarde salió el doctor y nos dijo que habían terminado; mi hijo estuvo en terapia intensiva y al tercer día ya lo iban a despertar pero pasó algo que no lo hicieron, y lo bajaron a urgencias de inmediato yo dije «por favor dios mío ayúdame a ser fuerte para estar bien para mi niño»

Al quinto día lo despertaron y gracias a dios sí nos reconoció, mi hijo volvió a nacer ese día, él trataba de hablarme y me dijo «Mami ya me quitaron mi pelota de fútbol, ya podré ir a la escuela y podré jugar y correr»  yo le dije «sí mi niño podrás hacer todo lo que tú quieras, eres un guerrero», estuvo un año sin ir a la escuela y seguimos en el proceso de todo, y algún día diremos «no fue fácil pero lo logramos»-.

Autor: Rosa Cedano

 

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